En un rinconcito cálido de Santa Marta, donde las fuertes brisas y las montañas parecen susurrar historias al Caribe, nació ‘El Pato Amarillo’, una obra cinematográfica que ha conquistado corazones y festivales.
‘El un cortometraje infantil, creado por un grupo de soñadores egresados de la Universidad del Magdalena, emerge como una postal encantada cómo se vive la fiesta de la Navidad en la zona norte de Colombia.
En su vuelo creativo, el Pato Amarillo ha dejado su estela dorada en reconocidos festivales como el Festival de Cine Corto de Medellín, el Festival de Cine de Popayán Caja de Pandora y el Festival de Cine de Oriente. Su brillo incluso lo llevó a una nominación a Mejor Producción en el MujeresFilmFestival en Salento, Quindío, un logro que resalta la sensibilidad y talento de sus creadores.

Yeiner Vargas Barliz, director de la obra ‘El Pato Amarillo’, durante los 4 días de rodaje./Fotos cortesía
“Quise contar algo distinto, algo que no naciera de las sombras de la violencia o el dolor, sino del brillo de las luces navideñas», cuenta Yeiner Vargas Barliz, director de la obra. «Es una historia donde las estrellas parecen hablarle al alma y los pequeños gestos cotidianos se transforman en milagros. En esos cuatro días de rodaje, cada toma fue como escribir una carta a la Navidad misma, con amigos que compartieron esta travesía mágica.”
El Pato Amarillo vuela entre actores naturales y en formación, llevando en su plumaje las tradiciones y colores de un país que encuentra en la Navidad una chispa de esperanza. Más que un cortometraje, es un regalo de luz que invita a mirar el mundo con los ojos de un niño y el corazón lleno de asombro.

En este diciembre, déjate envolver por esta historia donde lo extraordinario y lo cotidiano bailan juntos bajo un cielo de luces navideñas.





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