Por primera vez en su historia, el Hospital Local de Zona Bananera escucha los latidos del futuro. Y no es una metáfora. Es el sonido real, claro y esperanzador del corazón de un bebé en gestación, amplificado por el transductor de una máquina de ecografía que, hasta hace poco, era un sueño lejano para cientos de mujeres de esta región del Magdalena.
Durante años, las madres gestantes del municipio debieron cruzar ríos, esperar buses al amanecer o viajar a otras ciudades para acceder a este servicio esencial. Un ultrasonido, esa herramienta vital que permite vigilar la vida desde el vientre, era un privilegio lejano para muchas. Hoy, eso cambió.
Gracias a la gestión realizada por el gobernador Rafael Martínez, la historia se partió en dos en el Hospital Local. Por primera vez, las mujeres de la Zona Bananera podrán acceder a servicios de ecografía sin salir de su territorio. Sin horas de viaje. Sin incertidumbre. Sin angustias.
Cuentan algunos pobladores de la región, que antes tenían que ir hasta Ciénaga o Santa Marta, con el riesgo de perder citas y dinero. Ahora gracias a esa inversión cuentan con la máquina de ecografía en el municipio.
Este nuevo avance permite que muchas mujeres salgan de las salas con una pequeña foto en blanco y negro entre sus dedos: la imagen de su hijo por venir y con la certeza de contar con profesionales médicos que las guiarán durante su proceso de gestación de manera más eficiente.
La máquina de ecografía no solo representa una mejora tecnológica, sino es un acto de justicia social, porque en una región donde la salud materna ha sido una deuda histórica, instalar este dispositivo es mucho más que instalar un equipo. Es acercar la medicina. Es proteger la vida. Es brindar dignidad.
Con esta implementación, el departamento reafirma su compromiso de mantener en cero las cifras de mortalidad materna. Una meta ambiciosa que ya comienza a cimentarse con acciones concretas, como esta.
En palabras del personal médico, lo más emocionante no es el encendido de la máquina, sino el primer sonido que emite: ese ritmo apurado, frágil y poderoso que anuncia que una nueva vida viene en camino. Ese sonido, por fin, se escucha en la Zona Bananera.





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