En medio de sonrisas, abrazos sinceros y el aroma de rosas frescas, más de 100 madres del barrio Luis R. Calvo vivieron una jornada que rompió la rutina y les recordó su inmenso valor como pilares de hogar y motor de comunidad.
La emotiva actividad, organizada por la Asociación de Voluntarios por la Integridad de las Víctimas (Asoviva) en articulación con Recolsan, se convirtió en un oasis de afecto y reconocimiento para mujeres que, día tras día, enfrentan desafíos en medio de la vulnerabilidad, sin perder su fortaleza.
Entre flores, obsequios y electrodomésticos entregados como símbolo de gratitud, las ‘mamitas’ del sector vivieron un momento inolvidable para cerrar con broche de oro el mes dedicado a ellas. Pero más allá de los regalos, fueron los pequeños gestos, una palabra cálida, una caricia, un ‘gracias’ inesperado, los que marcaron la diferencia.
“Esta es una manera de decirles que no están solas, que su esfuerzo importa y que merecen ser celebradas todos los días”, expresó Rosa Torres Jimeno, directora de Asoviva, quien destacó que estos espacios buscan sembrar inspiración en otras organizaciones y autoridades locales, para seguir dignificando el papel de la mujer y de las madres en comunidades que muchas veces permanecen invisibles.
La jornada fue posible gracias al trabajo conjunto de voluntarios y donantes que creen en la transformación social desde el respeto, la solidaridad y el afecto. Asoviva reafirmó su compromiso con las poblaciones vulnerables de Santa Marta y anunció que continuará impulsando espacios de inclusión, apoyo emocional y reconocimiento.
Porque a veces, una flor, un abrazo o una palabra de aliento pueden convertirse en el regalo más valioso para un corazón cansado.





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