El artista representa una nueva estirpe del Caribe: un hijo del vallenato que ahora predica la salsa con acento propio. “Enamórate” no es solo un sencillo, es la prueba de que el romanticismo sigue vivo en la voz de quienes lo han sufrido.
Por. Jesús Solano Rubio / @chusolano
Dicen que algunos cantantes no se forman: se forjan. A Romario Jesús Gutiérrez Alfaro el mundo lo conoce como Romix, pero antes de ser artista fue obrero, vendedor de fotocopias, hijo de barrio y discípulo de Dios.
De día mezclaba cemento para ganarse el sustento; de noche, mezclaba sueños tarareando las canciones de Dani Daniel. Y aunque lleva en la sangre la caja, la guacharaca y el acordeón, fue la salsa la que le incendió el corazón. Hoy canta como quien predica: con alegría, con fe y con sabor.
Romix aceptó la invitación de El Diálogo y, desde el antiguo hospital San Juan de Dios en Santa Marta, se sienta a conversar en confianza para recorrer su historia musical. Allí nos habló de sus raíces, de su proceso creativo y aprovechamos para conversar sobre su nuevo sencillo ‘Enamórate’, que ya está sonando con fuerza en redes sociales.

¿Qué nos puedes decir sobre quién es Romix?
Soy nacido en Valledupar, criado escuchando caja, guacharaca y acordeón, pero Dios me direccionó a Santa Marta, donde formé un hogar y encontré otro camino musical. Antes de cantar, yo era albañil: trabajaba a pico y pala, mezclando cemento y vendiendo fotocopias en el IPC en María Eugenia, ganándome ocho mil pesos diarios. Pero Dios tenía un propósito conmigo, y ahí empezó todo.
¿Cómo un vallenato termina cantando salsa?
Muchos me lo preguntan. Yo crecí escuchando grandes artistas como Iván Villazón, Diomedes Díaz y el Binomio, pero en mi casa también sonaban Dani Daniel, Joe Arroyo y Juan Carlos Coronel. Un día compuse una salsa, No voy más, la grabé, la repartí en las calles y Dios me exaltó. Ahí entendí que el género no lo escoge uno.
Tu nuevo sencillo “Enamórate” ya está sonando en redes. ¿Qué representa para ti este lanzamiento?
Enamórate es una canción que nació de una frase que me salió del alma: “mi amor por ti es bonito y todo es para ti”. Es una salsa romántica, pero con esencia vallenata en la voz. Es un tema para dedicar sin miedo, para bailar pegadito y para recordar que amar todavía es un acto valiente. Este lanzamiento marca una nueva etapa para mí: más madurez, más identidad y más conexión con la gente.
Tu canción “No voy más” fue tu puerta grande. ¿Qué significó para ti?
Es mi primer hijo. Con esa canción perdí el miedo a cantar solo y me di a conocer. Antes me temblaban hasta las sonrisas cuando me pedían una foto. Esa canción me enseñó que el arte también es valentía.
¿Cómo compones?, ¿Qué hay detrás de tus letras?
Yo compongo solo. Me gusta que me pasen cosas que me muevan el corazón. Puedo estar en la madrugada, se me ocurre una melodía, grabo el fonema en el celular y al otro día le pongo letra. Compongo del amor y el desamor. Soy más que todo un romántico.

¿Cómo influyen Valledupar y Santa Marta en tu música?
Aunque canto salsa, si apartas la pista y escuchas solo la voz, suena vallenato. Ese “mi amor por ti es bonito” es puro Valledupar.
No todo es aplauso. ¿Cómo enfrentas las críticas?
Con fe. Uno está expuesto a los halagos y a los palos. Agradezco a los que me halagan, pero también a los que me critican porque me hacen crecer. Un artista debe estar preparado mentalmente. Esto no es solo cantar bonito, es resistir.
¿Cuál ha sido el momento más difícil?
Tuve un estancamiento creativo. Me dormí un tiempo para sacar otro tema. Aprendí que el tiempo de Dios es perfecto: hoy me siento listo y con bases firmes.
¿Con quién sueñas cantar?
Con Dani Daniel. Y a nivel internacional, con Marc Anthony. La vida da sorpresas.
¿Tu consejo para quien quiere vivir de la música?
Paciencia, estudio y preparación: vocal, física y espiritual. Y un buen manejo: un artista no puede hacerlo todo solo.
Para cerrar, ¿qué le canta hoy Romix al mundo?
(Se ríe) La salsa de siempre…
“Enamórate, que mi amor por ti es bonito y todo es para ti…”





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